Bueno, por mucho que el PP siga dorando la píldora, habrá escisión. Ya lo creo que la habrá. Y nos encontraremos con una rama dura, donde estarán o podrán estar, el Sr. Aceves, la Sra. Aguirre y hasta el Sr. Zaplana, si vuelve a las andadas. A fin de cuentas, un PP conservador.
Eso, por un lado.
Por el otro, un PP progresista, donde destacarían (y fíjense que lo nombro el primero), el Sr. Gallardón, el actual líder, Sr. Rajoy, y otros con la misma visión renovadora.
Por supuesto, dejemos aparcada de momento a la Sr. Sangil, para quien, por lo visto, nacionalismo es igual a terrorismo...
En un momento determinado, el nuevo PP se "federará" con las nacionalistas.
Y puede suceder, que, si la escisión se produce en plan amigable, y no se tirán los trastos a la cabeza el día que ocurra, a la hora de unas elecciones, PP conservador y PP renovador, se den la mano, aúnen fuerzas y arrasen en las elecciones.
Las dos tendencias, por lo tanto, tenderán a unirse y obtendrán la más absoluta de las mayorías.
Los socialistas, por el momento, ya que no ven más allá de sus narices, se siguen frotando las manos. Puede que pasen un par de legislaturas, o quizás no tanto, pero el PSOE, caerá por sí mismo. En la confianza de la perpetuidad, se producirá una descomposición de este partido, debida a la corrupción, mal gobierno y desencanto del país.
Conviene recordar lo sucedido a partir de 1985, cuando pudieron hacerlo bien y remataron en olla, pero es que son así.
El PP llegará a estabilizarse, y si no, al tiempo.
Y cuando ello suceda, y puede que para las próximas elecciones ya estén "maduros", a lo mejor arrasan de pleno, sin que los socialistas sepan de dónde les han llegado los malos vientos que los han barrido de la Moncloa.
Que así sea.
lunes, 26 de mayo de 2008
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