Ha cesado la lluvia y el silencio
invade los jardines perfumados.
El húmedo sendero me conduce
a un mágico lugar que ya he soñado.
Tengo el alma perdida en una tarde,
en el viento dorado del ocaso,
mientras vuelve a la luz de la memoria
la dulzura añorada de tus labios.
!Cuántas veces he vuelto a los jardines
esperando del cielo algún milagro¡
Pero por las desiertas avenidas
sólo escuchaba el eco de tus pasos.
sábado, 3 de mayo de 2008
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