Aragón no es precisamente madre mariñosa con sus artistas. Quienes comienzan a destacar, salen de aquí echando chispas. Y es que hay que buscarse la vida allende nuestras "fronteras". Aragón no protege el arte, no protege nada.
Más que madre, madrastra.
Triste es, pero es real.
Por ejemplo, en vez de situar una Facultad de Bellas Artes en Zaragoza, con el fin de evitar la fuga de estudiantes o de que se dediquen a estudiar otras carreras, pues, no, señor, la Facultad se instala en Teruel.
Que me perdonen los turolenses, no tenga nada contra ellos. Pero una Facultad de Bellas Artes en tan lejanas tierras, sigue produciendo el mismo efecto que la situación anterior. "Pues para irme a Teruel me voy a Madrid, a Barcelona o a Valencia...", opiniones de los estudiantes.
Y tienen razón.
Sería como crear una Facultad de Arquitectura en lo más árido de los Monegros.
¿De dónde iban a salir los referentes para el desarrollo de su carrera?
En Artes, pasa lo mismo. La vida artística plena está en nuestra capital regional.
Vamos a dejarnos de tonterías como esa de la descentralización.
Hay que ser prácticos.
Museos, salas de exposiciones, galerías.., están aquí, en Zaragoza.
Aquí es donde se vive y se cuece diariamente el Arte.
Considero un error esta política de dispersión, sin pies ni cabeza.
Por eso, nuestros artistas se van. Dicen: "Que le den mucha bola a la tierra.." Y salen en busca de horizontes más amplios, huyendo del estreñimiento crónico que aquí se padece.
No nos quejemos si ya no vuelven. No protestemos si un día sus nombres suenan pero no están aquí.
Es que lo tendremos merecido, de hecho, lo tenemos merecido ya.
martes, 20 de mayo de 2008
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