Cuando estaba a un año o dos de entrar en la adolescencia, difícil etapa, por cierto, y la mía lo fue, solía escuchar un programa emitido por Radio Nacional, con el título de "Cita con el miedo". No me perdía uno. Se emitía los viernes o los sábados por la noche, ya no lo recuerdo. Pero sí recuerdo episodios enteros, que se me quedaron grabados quizás por los terribles acontecimientos que narraban.
Desde entonces, perseguí el miedo, a través de la literatura, luego, del cine. Pero fue en los libros donde lo hallé de verdad. Edgar Allan Poe se convirtió en mi favorito. Conseguí dos tomos con sus obras completas y descendí con él a la negrura de los abismos más espeluznantes. "El pozo y el péndulo", "El corazón delator", "La máscara de la Muerte Roja", "La caída de la casa Usher", "Un descenso al Maelströnm"... !Cuántas noches devorando aquellas páginas magistrales..¡
Seguí leyendo sobre horrores y misterios, y me aficioné también a lo que se conoce como ciencia-ficción, cuando en realidad debería llamarse fantasía científica. Bradbury, Ray Bradbury... Una delicia, aventurarse con él en la soledad del espacio...
Una Navidad, dí con una antología interesante que aún conservo: "Las mejores historias siniestras". Editada por Bruguera, en un papel bastante malo, y una encuadernación propensa a desbaratarse.
Conocí así la fantasía de los grandes maestros de la novela, que, en un momento determinado, dieron rienda suelta a su imaginacón. Leí allí historias de fantasmas de la China milenaria y lejana, y descubrí a un japonés, que aún hoy sigue gustándome: Juniziro Tanizake, o Tanizaki, del que sólo aparecía uno de sus "Cuentos crueles". Trabajo me dió encontrar una edición completa de esos cuentos morbosos.
Más adelante, fue H.P. Lovecraft quien me sedujo con sus relatos de terror cósmico. Lo recomiendo encarecidamente. Es formidable. "Las aventuras oníricas de Randolph Carter", además de terror, es poesía, pura poesía. A su lado empalidecen muchísimos escritores que se las dan de "dominar" el género.
Por cierto, que Valdemar "Gótica", ha publicado sus obras completas, incluso las de sus seguidores y continuadores.
No puedo dejar de citar a Oscar Wilde, "El retrato de Dorial Grey", o "El extraño caso del Dr. Jekill y mister Hide", de Robert Louis Stevenson.
Y, !cómo no¡, "Drácula", de Abraham o Bram Stoker.
Sí, ya sé que me dejo "Frankenstein o el moderno Prometeo", de Mary Shelley. Estremecedora historia de alguien que quiso emular a Dios, creando vida. Por cierto, la versión cinematográfica de los años treinta es la mejor. Todo lo que se ha hecho después, la verdad es que vale muy poco.
Sin embargo, la parodia de Mel Brooks es genial. Buena película, entre el terror y la risa, "El jovencito Frankenstein". Véanla, que merece la pena. Es un despliegue de ingenio, de agudeza, de humor ácido.
Me gustan las historias del mundo sobrenatural cuando quienes las escriben o las han escrito son orientales. Chinos y japoneses son extraordinarios en este campo.
¿No será que la humanidad necesita del miedo, por alguna razón?
!Quién sabe..¡
viernes, 9 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario