Estos días, el jefe del ejecutivo respira tranquilo.
Con los cuartos de final, las semifinales y la final, ha conseguido, sin proponérselo, desviar la atención del país hacia otros temas que no sean la carestía, la subida de los carburantes, la caída del sector inmobiliario y la crisis, entre otras cosas.
El deporte, como siempre, constituye una fuente de atención inagotable.
Podemos estar hechos trizas, pero si hay un triunfo deportivo, de lo que me alegro por otra parte, pues no pasa nada, todo es alegría.
Sin embargo, yo me pregunto si sucedería lo mismo con la concesión del Premio Nobel a un español, si se producirían los mismos arrebatos de júbilo popular.
Me temo que no.
Está bien ser campeones de Europa, pero hay que tener los pies bien asentados en el suelo.
No se puede estar en las nubes.
La caída puede ser muy dura.
lunes, 30 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario