Por culpa de la UE hemos arrancado viñas, hemos talados árboles, hemos dejado campos en barbecho, hemos sacrificado ganado, de todo tipo, y ahora resulta que los precios de los productos agrícolas están subiendo día a día.
España, un país al que la agricultura y ganadería ha permitido salir adelante siempre, históricamente demostrado, resulta que ahora tendría que volver a replantar, que volver a sembrar y que volver a recuperar su ovejas y vacas.
Lo cierto es que la UE ha sido poco previsora, de una ineptitud desbordante, de una falta de visión de futuro horrorosa.
Además de prepotencia.
¿Para qué arrancar, talar y sacrificar, lo que es fuente de alimentación?
Y nosotros, como borregos, a seguir los dictámenes de la UE.
Pero están llegando las vacas flacas, y necesitaríamos todo aquello que se ha destruído.
Europa no nos tiene demasiado aprecio, precisamente.
Y como tontos, pues a confiar ciegamente en todo lo que nos digan que debemos hacer o dejar de hacer.
Y así nos va...
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