Yo no sé qué va a pasar, pero la avenida del Ebro que ya tenemos encima y que alcanzará su nivel máximo en la madrugada del miércoles, con un caudal de unos 2000 m3/segundo, (aunque los optimistas dicen que será menos), no puede traer nada bueno para la expo.
Ayer, sobre las once de la noche hice estas fotografías, donde se puede apreciar la magnitud del caudal a esa hora.
Lo peor está por venir.
A diez días de la inauguración de la expo, la situación da mucho que pensar.
Habrá que esperar hasta el fin de semana para que las aguas vuelvan a su habitual cauce.
Ya veremos...
No deseo anticipar nada.
Pero ya veremos...
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