Esta novela trata de los entresijos del Vaticano, no a la nueva usanza, (léase "El código Da Vinci", "La Biblia de Barro", "La Hermandad de la Sábana Santa", etc...), ya que es un libro publicado en 1955, cuando aún no había ni indicios del "boom" al que estamos asistiendo en la actualidad, donde todo es misterio e intriga en estos aspectos.
Se trata, sencillamente, de cuestionar las reliquias que existen en el mundo, su procedencia y su verosimilitud, si realmente son auténticas, en una palabra, o bien se trata de un mero petardeo, truhanería y engaño.
Un joven seminarista, acogido a la tutela de un cardenal de gran renombre, vive la experiencia de contemplar cómo se veneran reliquias de muy dudosa procedencia, todo ello con la aquiescencia de la Santa Sede.
Se pasa revista en esta narración, de una manera descarnada y no sin cierta ironía, ademas de a las reliquias, también a las indulgencias, aspecto un tanto olvidado hoy, pero que hasta hace muy poco estaba vigente.
Recuerdo muy bien esta inscripción en uno de los altares de la catedral de mi pequeña ciudad: "Altar privilegiado, cotidiano, perpetuo. Por cada Misa celebrada en él, se saca un alma del Purgatorio". Poco más o menos, quizá haya olvidado algo, pero eso de "...privilegiado, cotidiano, perpetuo...", no, lo tengo grabado en la memoria.
Ahora resulta que el Purgatorio, como ya comenté en cierta ocasión, no existe. La Iglesia quita y pone a voluntad...
En fin, es un libro que recomiendo, pues además de la información que facilita, su trama es inteligente, y mantiene la atención del lector.
jueves, 19 de junio de 2008
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