Recobren las sirenas con su canto
el esplendor dorado de otros días
y alejen sus radiantes melodías
las sombras donde se cobija el llanto.
Destierre el sol de mayo el desencanto
de los hielos del alma en que yacías
y vengan otras nuevas alegrías
a iluminar las playas de mi espanto.
La herrumbre de los tiempos te ha sumido
en un mar de vapores irreales.
Tu dulce y grata imagen se ha fundido.
Cuando vuelvan las tardes estivales
encontrarán mi corazón dormido
ajeno al gris caudal de tantos males.
1 comentario:
¡¡¡¡Muchas gracias!!!!
Como siempre... es genial... me encantan tus poemas... ya voy a seguis siendo feliz (más de lo normal)...
¡El coco mola mucho!
Besos
Vir
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