El 17 de noviembre de 1869, se inauguró el Canal de Suez, que une el mar Mediterráneo con el mar Rojo. Su promotor y constructor, fue el vizconde Ferdinand de Lesseps.
Tiene 161 kilómetros de longitud, unos quince metros de profundidad, y su anchura en su base está entre 6o y 100 metros.
Imagínate, lector que me sigues, los innumerables cálculos que hubieron de realizarse para llevar a feliz término este proyecto.
Montañas de papeles, litros de tinta, una cantidad incalculable de horas de trabajo, antes de poner en marcha su construcción.
Pues bien, aquí, en nuestra ciudad, a la hora de realizar un acceso, un simple acceso, no se ha tenido en cuenta el ancho de un autobús.
De poco le hubiera servido a monsieur Lesseps idear esta vía de comunicación entre dos mares, si
hubiera ignorado las dimensiones de los buques que habrían de navegar por él. De poco o de nada.
Tuvo, además que prever el hecho de que los barcos serían cada vez mayores,
y que las dimensiones de los mismos en 1869, aumentarían considerablemente con sólo un siglo que transcurriera.
Pero Mr. Lesseps era un genio, y además, hombre previsor.
No hace falta ser un genio a la hora de diseñar un acceso para que los vehículos de transporte público puedan pasar sin inconvenientes.
Sólo es cuestión de medidas.
Ayer, cuando se realizaron las pruebas para ver cómo funcionaba el invento, los prebostes del Ayuntamiento, y los prebostes de TUZSA, comprobaron, con estupor, que el autobús NO CABÍA.
Todo ello entre las risotadas y rechiflas de los ciudadanos allí presentes, de los propios obreros, y de todo ser viviente que por allí pasó.
Así que a deshacer lo hecho, adecuar de nuevo el ancho de la vía, y más tiempo y dinero consumido sin ton ni son.
Ahora, los buses que habrían de cruzar el puente de piedra desde la margen izquierda, tendrán que esperar, y seguir dando el ya familiar rodeo. Y todo por no tomar una cinta métrica, medir el ancho de un autobús y hacer las cosas con la suficiente lógica y previsión.
Las fotografías están tomadas con la cámara de un móvil, pero se aprecia la situación.
!Ay, Señor...¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario