El verano se fue con un tañido
fugaz de campanadas arcillosas.
Comenzaba el exilio de las rosas
y bajo el cielo azul, con un gemido
se perfilaba un sueño dolorido
pleno de inconsolables mariposas.
Nuevas constelaciones misteriosas
navegaban por piélados de olvido.
Reflejo en el cristal de un sueño herido
y en las campos bañados por la luna
otra dulce sonata y el latido
de una pasión que rauda ha resurgido
y ha tornado a sangrar, inoportuna,
abierta por un corte sin sentido.
1 comentario:
¡¡¡¡Muchas gracias!!!!
Me encanta el poema... siempre me emociono mucho con tus poemas... me hacen la persona más feliz del mundo... ya me alegraste otra semana entera...
Muchos besos
Vir
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