Suele ser cruel el viento en primavera,
tiene la brisa un terso filo frío
que hiere la serena faz del río
y se aleja siguiendo la ribera.
Adormecido en una dulce espera
tu recuerdo llegó como el rocío
en la fresca mañana del estío.
Mi corazón despierta y se acelera
y entona un tierno canto jubiloso
creyendo que tu ausencia fue soñada.
Y vuelven la esperanza y la alegría,
que se deshacen al final del día
dejando mi memoria desolada
en medio del ocaso silencioso.
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