lunes, 5 de mayo de 2008


Un humilde camino,
reforzado de piedras grises,
en un lugar de la montaña.
¿Quiénes vivieron aquí,
qué hicieron,
cómo fueron sus vidas?
Nadie lo sabe.
Al fondo, las cumbres,
todavía blancas,
hablan de un clima duro,
donde los inviernos son largos,
oscuros, interminables noches
y el viento,
azotando los tejados.
Los que trazaron el camino
hace tiempo que reposan,
que son polvo sin recuerdos,
pero el camino sigue.
Continúa ofreciendo,
hospitalario,
su pavimento de losas,
para que lleguemos a algún sitio.
O regresemos
al caer de la tarde.

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