El Coco piensa en su amigo.
Hace días que lo ve muy sombrío, muy callado.
Apenas habla.
Se sienta junto a él, en la cueva, frente a la chimenea, con un libro en las manos, pero no lee.
Su pensamiento está muy lejos..., muy lejos de allí...
El Coco no dice nada...
Sólo lo observa y siente que sufre.
¿Qué tiene el Filósofo..?
No lo sabe ...
Acaso deseos de dormir, de dormir mucho, y despertar cuando la primavera haya vuelto a los valles...
El zorro y su compañero de correrías, dormitan, hechos un ovillo, sobre un lecho de hierba seca, olorosa, cerca del fuego.
El pájaro oscuro y el milano, en su percha, permanecen uno al lado del otro con la cabeza debajo del ala.
Fuera, el invierno, el implacable invierno.
Todo se detiene, todo se sume un un doloroso letargo.
El Coco quisiera poder ayudar a su amigo, hacer que saliera de su abatimiento...
Pero no puede hacer nada...
domingo, 11 de enero de 2009
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