
Mucho se espera de él, no sólo en su país, sino en todo el mundo.
Pero ya lo ha advertido: El cambio no llegará en dos días, sino que será progresivo y se realizará sin prisas.
De momento, ya ha tomado algunas decisiones, que han sido acogidas favorablemente.
Con todo, la "herencia" que recibe no es precisamente un camino alfombrado con flores.
Tendrá que bregar por imponerse, por lograr que el cambio que pretende sea real, y, sobre todo, efectivo.
Han callado las trompetas y ha cesado el eco de las salvas de honor.
Ahora comienza lo difícil: Gobernar...
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