Sí, vale el título de la famosa película del no menos famoso don Arnold, que, mire usted, ha conseguido llegar a gobernador.
El presidente del gobierno, todo lo minimiza.
A los primeros atisbos de crisis respondió con un "aquí no pasa nada".
En plena crisis, "que esto es pasajero y todo el mundo tranquilo".
A la recesión, "que es una ligera desaceleración".
Y ahora, que todo está a la vista, "que sólo es un paréntesis, del que España saldrá fortalecida".
Como si de un catarro se tratara.
El chico de la casa, se acatarra y pega un estirón, y vuelve al colegio con más ganas de vivir que nunca.
Pero ningún intento para paliar la situación, ningún plan para suavizarla.
Y de afrontarla, déjese usted, déjese...
¡Ay, Señor..!
Vamos, que la credibilidad del presidente, por mucho que salga a escena con su famosa sonrisa-netol, que debe de guardar todas las noches en el cajón de la mesilla por miedo a que se deteriore,
pues su credibilidad está ya a la altura del barro.
Lo de ayer fue un intento de dirigirse a la nación, de hacer un auto-panegírico que le salió rana.
Un intento de discursear, fallido.
Así de claro...
martes, 27 de enero de 2009
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