El fanatismo y la superstición van íntimamente unidos.
El fanatismo, proceda de donde proceda, no suele traer buenas consecuencias.
Ciega las mentes, nubla la razón, y los seres humanos se convierten en títeres de una forma de pensar...
La historia está llena de ejemplos...
Demasiados...
Algunos, muy próximos a nuestros días.
Y el fanatismo sigue.
Provocando muerte y desolación a su paso.
Parece como si la humanidad no tuviese memoria.
Como si fuera incapaz de aprender del pasado.
Incapaz de verse reflejada en acontecimientos pretéritos, de los que extraer conclusiones para evitar caer en los mismos errores...
viernes, 2 de enero de 2009
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