Los franceses lo tienen claro.
Protestan porque no están de acuerdo con la política económica de su gobierno.
Protestan porque quieren mantener su poder adquisitivo.
Protestan porque ven peligrar su puesto de trabajo.
Es lo más lógico y legítimo.
Los españoles no tenemos nada claro.
Pero la culpa no es nuestra, sino del gobierno, que va dando palos de ciego, que no dice la verdad, que intenta confundirnos, que no tiene una política económica definida, salvo la del "verlas venir" y dejar correr los días en espera del pretendido milagro de que todo vuelva a la normalidad.
Milagro imposible, por cierto.
¿Cuándo protestaremos los españoles..?
Desorientados, mal informados, sin unos sindicatos que llamen a la movilización ciudadana, por miedo a quedarse sin sus sustanciosas subvenciones, sin cohesión social, sin unidad, en una palabra, vamos aguantando, contra viento y marea.
Vamos aguantando como se puede, soportando cargas fiscales como en los buenos tiempos, contando los días que faltan para que termine el subsidio de desempleo, viendo cómo aumentan las cifras de parados...
Y mientras, el jefe del ejecutivo apareciendo en televisión con su estereotipada sonrisa, revestido de falso optimismo, aparentando que lo tiene todo bien agarrado, cuando sólo tiene las manos vacías y un equipo asesor que le baila el agua, porque no sabe o no se atreve a aportar soluciones...
En fin, que estamos entrando en la época más negra de nuestra economía, y los responsables, con las posaderas bien asentadas en sus sillones...
Así estamos...
Así de mal...
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