lunes, 19 de enero de 2009

Poesía...cada día.


Me encontré con un sueños entre dos lunas
y lo conservo limpio y perfumado,
-aunque no sé muy bien para qué sirve-,
envuelto en algodones y en silencio.
Acudo alguna vez a contemplarlo
-hay en él una infinita lejanía-
y el tiempo se detiene ante mis ojos.
Lo guardo nuevamente, suspirando.
Irisado y feliz, a medianoche
canta con su voz queda viejos versos
reflejo de los las luces de otros días.
Acaso una mañana no lo encuentre,
me dolerá el vacío de su ausencia
y enfermará mi alma de nostalgia.

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