domingo, 8 de junio de 2008

El amanecer...


...es la hora más limpia, más diáfana, más tranquila...

...es la hora en la que todo está quieto...

Hay una inquietud espectante por lo que puede suceder a lo largo del día...

Pero se percibe lejana...

Son las siete de la mañana.

Las luces aún no están definidas...

En mi adolescencia, me levantana temprano para contemplar las campanillas azules recién abiertas de la terraza.
Trepaban incansablemente, y me gustaba ese diminuto rocío, esas minúsculas gotas que luego se evaporaban con el sol...

Era una terraza que daba a una zona de jrdines, de tejados bajos, de campos...

Con la montaña al fondo...

Y percibir los primeros rayos de sol, ese instante mágico del sol rozandome apenas...


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