Quedan atrás esas horas familiares, que parecen hacerse muy largas...
Momentos para recordar...
Para meditar...
La tarde de Navidad, a pesar del frío, dimos un largo paseo.
Al Norte, las montañas.
Al Sur, el monte que contemplaron mis ojos desde la infancia.
Venus brillaba, próximo al horizonte.
Y por la noche, un rato de lectura.
Y, por fin, el sueño...
sábado, 27 de diciembre de 2008
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