La izquierda pierde los nervios, no cabe duda.
La izquierda, se ve perdida, desorientada, sin un norte claro y preciso.
Aquí tienen a este individuo, mírenlo bien, no se les olvide, que insulta a nuestra Constitución, pero que gracias a ella puede decir y hacer lo que le viene en gana, y encima, "poner el cazo" a final de mes para recibir su sueldo como diputado.
Miembro de un partido fracasado, como van fracasando todas las izquierdas, no tiene mesura ni en dichos ni en hechos.
Ni mesura ni vergüenza.
Y para vergüenza, la que nos hace pasar, que bien se nos reirán en el resto de Europa.
Y con razón...
Aquí lo tienen, chupándose el dedo, porque lo que es arrimar el hombro, no lo hará, no...
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