Le gusta la soledad.
Le gusta el silencio.
Le gusta la independencia.
Ya no puede vivir entre los hombres.
Sólo quiere pasear por el campo, pensar.
Y escribir.
De vez en cuando, se detiene, saca su cuaderno de notas, y escribe.
Ha llenado muchos cuadernos, que se apilan en una estantería.
De ellos han surgido libros maravillosos.
El Filósofo ya no espera nada...
Sólo un dulce declinar, día tras día...
Su vida es como un perpetuo atardecer...
1 comentario:
Hola Coco Malo
al filósofo de la cueva le gusta la oscuridad
cuando sale afuera le gusta la luz
cuando ve el vuelo (magnífico y ahorrador) del milano, le gusta volar con él desde donde puede
cuando contempla el caer de los copos sobre la hierba ( o sobre la yerba ), se vuelve hierba para fundirse en la nieve
al filósofo . . . o le gusta la vida . . . o no le gusta nada
Pienso que el interior es sólo el reflejo del exterior, y que sólo navegando tiene sentido el haber tomado tanto tiempo en tejer las velas con la filosofía
Salud
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