domingo, 10 de enero de 2010

Del diario del Filósofo, amigo del Coco.

"...los días posteriores a las navidades, me sentía muy desolado...
Todo había sido como un sueño, muy bonito, demasiado bonito...
Las figuritas del belén, volvían, misteriosamente, a ese lugar recóndito de donde salieron un poco antes de la Nochebuena.
Las luces del árbol de Navidad, que aún lucían en la entrada de mi casa,
dejaban de parpadear...
Todo era gris de nuevo...
El invierno seguía su curso, y las nieves y los hielos se adueñaban de la pequeña ciudad...
Con mi amigo, recorríamos las calles, ahora más oscuras y solitarias, llegábamos hasta el fondo del parque, y regresábamos, por fin a casa, sintiendo algo así como una congoja indefinible...
Se había ido la Navidad..."

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