Llevamos un año soportando estoicamente a nuestros políticos.
Escuchando sus, a veces, insoportables declaraciones.
Y es que aburren.
Aburren mortalmente.
Todo ha girado en torno de la crisis.
La crisis ha sido la monomanía del gobierno y de la oposición.
¿Se ha hecho algo?
¿O todo ha quedado en un tirarse los trastos a la primera oportunidad?
¡Qué políticos tenemos...!
Tanto unos como otros, bien mirado, no han hecho nada por paliar la situación.
¡Qué triste..!
Pero siguen hablando, y sus palabras suenan a vacías, no tienen significado ni validez..., ni verdad.
Estamos a un paso del "largo y cálido verano".
El aburrimiento se ha incrementado tras la campaña de las elecciones europeas, donde se ha hablado de todo menos de Europa.
Una elecciones que son el preludio de lo que serán las generales.
Y por mucho que el periclitado jefe del ejecutivo diga, no terminarán la lagislatura.
Los frutos maduros, caen por su peso.
Y también los podridos...
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