Ilustración de Mateo Lahoz
Quizás en está tarde la recuerdes...
Una tarde de invierno, ya perdida
entre las brumas del tiempo.
Las ventanas del aula, reflejaban
nuestros rostros, todavía
con cierto aire infantil...
Fuera, la noche y la lluvia.
Nuestros labios, sedientos
de caricias eternas,
se encontraron al fondo
de aquel parque dormido.
Sin palabras. El dulce
sabor adolescente,
a miel de las nubes.
Ay, amor mío, los jardines
eran tan irreales ...!
Las manos, enlazadas,
que se negaban siempre
a un vuelo solitario...
Y un beso fugaz,
antes de decir hasta mañana!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: Mateo Lahoz.).
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