jueves, 30 de mayo de 2019

Una pequeña historia...









El Guerrero Victorioso, 
el Gran Hombre, el Genial Estratega,
admirado, venerado y casi adorado,
envidiado por los hombres
y amado por las mujeres,
se complacía en su triunfo...

Pero una pequeña espina,
una diminuta astilla,
ensombrecía sus pensamientos...

Todos derramaban alabanzas
y se deshacían en elogios...

Todos...menos el Filósofo...

"Cómo es que no viene,
cómo es que permanece callado,
mientras el país entero
me considera un dios...?"

Y un día, no pudo más
y fue a visitarlo...

El Filósofo lo contempló 
con expresión distante...

Y tomando un mapa enrollado,
lo desplegó sobre una mesa...

"-Muéstrame el mundo que conocemos..."

El Guerrero lo señaló.

"-Ahora, nuestro país..."

También lo hizo,
sin saber a qué venían
las preguntas del Filósofo...

"-Y nuestra ciudad..."

El Guerrero, posó su dedo índice
sobre una pequeña mancha,
no mayor que una semilla de sésamo...

"-Por último, en la ciudad,
señala dónde estás tú..."

Y el Guerrero Victorioso,
lo comprendió todo.
Agachando la cabeza,
salió de la casa del Filósofo,
muy avergonzado...














(Archivo: cuevadelcoco).






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