domingo, 27 de enero de 2019

Últimos días de enero...








Hace días que no me asomaba 
a esta ventanica que es el blog...

A veces, no se tienen ganas de elucubrar comentarios,
y menos aún, disquisiciones metafísicas,
que no llevan a parte alguna...

Últimos días de enero...!

Una semana entre dos meses,
siempre siguiendo el camino hacia la luz...

Que es duro y largo,
lento, y, a veces desesperante...

El tiempo es igual en enero que en agosto,
pero su percepción es tan relativa...

Cuántas cosas han pasado en este mes...!

Y todavía no ha terminado...

Yo quisiera escribir, contar, referir,
algo del día a día, y dejarlo aquí,
pero prefiero acercarme a la ribera,
sobre las dos de la tarde,
sobre todo si el día es soleado,
y contemplar las aves,
asentadas a esa hora
en los islotes del río...

O escuchar una música olvidada,
y que, de pronto, 
me transporta a otros tiempos,
de una manera tan dulce,
tan irresistiblemente seductora,
que ponerme a escribir es un hecho imposible...

Hasta los informativos han perdido interés,
ya no los sigo, me cansan, aburren,
y a veces cabrean,
porque todos giran en torno a un mismo planteamiento...

Bah! Esos rostros que se agitan,
que vociferan, que gruñen más que hablan,
se me antojan fantasmales,
desprovistos de realidad,
y no son creíbles...

Contemplé, en la ribera,
el paso de una bandada de aves...


Tan seguras, tan desprovistas de afanes
que no fueran el de llegar a su destino,
que me parecieron la viva imagen de la cordura,
en medio de esta época,
pletórica de orates...

Ya termina el mes...!

Camino de la luz, 
que se nota cómo alarga,
lenta, pero inflexible,
al margen de trivialidades,
que establecen ridículas diferencias
sólo por la colocación de una coma...


Mientras, estas viejas paredes,
ese muro de ladrillos,
siguen guardando 
el misterio del otro lado...

Y también esperan...,
también tienen ansias de sol,
de cálidas horas soñolientas...











(Archivo: cuevadelcoco.
Imágenes: mirarlook/cuevadelcoco).


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