miércoles, 7 de junio de 2017

Epístola para los nuevos nostálgicos...

 
 
 
 
 

"Soledades".
Óleo de Mateo Lahoz.
 
 
Diez años...
 
Han pasado diez años,
y, como siempre,
nos parece que han sido
un leve soplo de viento...
 
El 2007,
siempre digo que fue
el último año feliz...
 
Sin embargo,
era un felicidad ficticia,
artificial,
porque no estaba consolidada,
sus cimientos
no podían soportar
una carga hecha de inseguridades,
de burbujas a punto de estallar...
 
Vivíamos...ajenos a la realidad...
 
Ese verano,
fue el último estío
relativamente despreocupado...
 
Diez años...
 
Nuestros cabellos no eran tan grises...
 
Y, al final de la jornada,
la carga diaria
no pesaba tanto...
 
Una década,
transcurrida igual
que el vuelo de un ave,
lento, silencioso,
pero continuo...,
en busca de su refugio,
como cada atardecer...
 
¡Cuántas cosas hemos visto,
que no hubiéramos imaginado...!
 
Llegó la crisis,
que bien le costó al gobierno
reconocer de una vez
su triste advenimiento...
 
Y en ella seguimos...
 
Brotes verdes,
repuntes...,
indicios de haber tocado fondo
y volver a la superficie...
 
¡Cómo nos han tomado el pelo...!
 
¡Si, por mucho que se diga,
estamos igual...!
 
Algo más de alegría,
de actividad económica,
de capacidad adquisitiva...,
pero la espada de Damocles
sigue suspendida sobre nuestras cabezas,
atada a un delgadísimo cabello...
 
Vaivenes en el ámbito político...,
bochornosos vaivenes,
dicho sea de paso...
 
Y siempre,
la permanente tristeza
de no tener un claro futuro,
un horizonte limpio
de nubes de tormenta...
 
¡Cómo duelen estos diez años...!
 
Un tiempo,
que, a fuerza de truculencias, 
 no sabemos si ha sido real...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: Pintura de Mateo Lahoz).
 
 
 
 
 
 


 

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