martes, 14 de febrero de 2017

"Patria", de Fernando Aramburu...





"Patria", de Fernando Aramburu.
Detalle de la portada.


     He terminado de leer la novela de Aramburu...
     ¡¡¡Uuufff!!!
    Y no sé qué decir... De verdad que no... Casi setecientas páginas, que he ido consumiendo día tras día, con intervalos de olvido... Colocaba una señal, un rectángulo de papel blanco, de un sorteo en el que no hubo suerte, y dejaba el libro en la estantería... Horizontal... No entre otras novelas... Siempre volvía a él. Como si estuviera dotado de un magnetismo inexplicable... 
Controvertida, la obra de Fernando Aramburu... Entré, por casualidad, en uno de esos lugares de opinión, donde todos pretenden decir algo, y nadie dice nada... En definitiva, salí de allí tal como había entrado... No hallé nada original ni digno de mención...
Esta noche, he llegado a la ultima página. El rectángulo señalador, lo he dejado al principio, y me gustaría que siguiera allí... Eso espero...
Todo debe de tener un comienzo. Y será manifestando que me ha gustado. Que la lectura de esta novela me ha regalado momentos de satisfacción. Y, como perro viejo en lecturas, es lo que más valoro. Si un libro no contiene entre sus paginas ese duendecillo que se cuela en nuestro interior, y nos sacude la sensibilidad, haciendo que se estremezca y despierte..., es que no vale gran cosa... Pero, Fernando Aramburu, ha sabido entremezclar historia y duendecillo...que va conmigo ahora...
Sería fácil hablar y hablar sobre terrorismo...sobre víctimas y ejecutores...
Bastante se ha dicho ya... Y se dirá...
Yo no quiero eso. Pretendo, tan sólo, decir que esta novela, destila amargura, impotencia... Que leerla, es como entrar en una región de sombras, o como atravesar un desfiladero húmedo y oscuro, que inquieta, que oprime y amenaza, que no augura nada bueno...
Y se avanza entre figuras inconcretas, a ambos lados de una línea divisoria... Algunos personajes, se quedan donde están. Permanecen allí hasta el final. Otros, cruzan la linea, pero retornan a su punto de origen. Otros, la traspasan y no vuelven.. 
No vuelven, porque la muerte se lo impide... O, porque las consecuencias de sus actos, los han condenado a una muerte en vida...
Fernando Aramburu, va dejando caer alguna que otra semilla de esperanza... Lo hace con cierta avaricia... Sólo las justas...
Así, esperanza y desesperanza, nunca llegan a equilibrarse, y el fiel de la balanza, se mueve continuamente. El lector se siente inquieto, desasosegado. 
No hay condena en "Patria". Tampoco sentimientos de piedad. El dolor lo sienten todos, cada cual a su modo. Dolor merecido..., dolor inmerecido... Pero siempre dolor... Unido al fantasma de la intolerancia, aunque se vista como quiera, aunque se orne de vivos colores...
Y soledad... Una soledad que aplasta igual que una pesada losa... Lo que hace más difícil el día a día...para todos... Penas que anidan para siempre..., que los vientos, ni siquiera los más violentos, pueden con ellas...
Se sufre en silencio...
Yo no podría decir si  la intencionalidad de esta narración de Fernando Aramburu, es mostrar unos acontecimientos, que bien pudieran ser reales o basados en la realidad, para que el lector decida...
O, simplemente, sienta las vivencias de cuantos aparecen en las páginas de su novela... Quizás, algún día, porque todo exige un tiempo de sedimentación y vuelta a la calma, alguien reflexione sobre las pasiones y sentimientos descritos, y llegue a formular sus propias conclusiones...
Yo, la verdad es que todavía no he podido hacerlo...
He concluido la lectura de "Patria", esta misma noche...











(Archivo: cuevadelcoco).







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