sábado, 21 de noviembre de 2015

Un lugar seguro...

Es lo que todos hemos buscado... Un lugar seguro para vivir y convivir... Para levantarse cada mañana, sabiendo que lo que tenemos que realizar es el afán de cada día..., sin más... Y regresar, al cabo de la jornada, para disfrutar del merecido descanso...
Sólo eso...
Pero el mundo, tristemente, hace tiempo que ya no es un lugar seguro...
Hemos vivido jornadas teñidas de sangre...
Y de miedo...
Y de inseguridad...
De pronto, el mundo ha sido consciente, una vez más, de su debilidad, de su indefensión, frente a una amenaza ciega, que no distingue nada...
Una terrible amenaza, capaz de segar vidas indiscriminadamente...
Así es el terrorismo...
Que irrumpe en los lugares más insospechados, a cualquier hora del día o de la noche, con su negro mensaje de muerte, de dolor y de lágrimas...
La sociedad se conmociona, se deshace en frases de repulsa, en intenciones de frenar la amenaza...
Controles en las calles, en las carreteras, en lugares públicos...
Las fronteras se cierran...
Se establecen pactos, se acuerdan medidas extremas...
Todo eso está bien... Pero..., ¿qué sucederá cuando vuelva el silencio?
¿Esperar que vuelva a ocurrir?
¿Se olvidará lo sucedido?
El terrorismo no duerme, no conoce el sueño ni el descanso...
El terrorismo es una carcoma que no cesa en su propósito destructivo...
La sociedad global se duerme...
Y se despierta otra vez teñida en sangre...
Un lugar seguro...
El sueño de todo ser humano...
Un sueño que se ha roto...









(Archivo: cuevadelcoco).

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