miércoles, 22 de octubre de 2008

La novela histórica.

Según D. José Ortega y Gasset, el hombre "es un ser biográfico".
Es decir, tendente a reflejar las vidas de aquellos personajes que le parecieron más destacados, interesantes o cruciales, que tuvo más o menos a su alcance.
La biografía, como género literario, se remonta a la antigüedad. Recuerbo bien las "Vidas Paralelas" de Plutarco, leído allá por mis quince años, donde el autor comparaba biográficamente a grandes figuras de la historia.
Hoy, la biografía novelada, se cultiva por todo escritor que se precie. Siempre hay excepciones, claro. Pero quien más y quien menos se ha adentrado en ese campo donde parece que todo es posible, y que con una cierta documentación, unos datos históricos y biográficos, y con imaginación e ingenio, es posible llegar a escribir un libro, publicarlo, y tener una buena aceptación entre los lectores.
Sin embargo, se ha pasado del uso al abuso.
En fin, voy a intentar centrarme en lo posible.
Considero al Dr. Gregorio Marañón, como un pionero en estas lides. Allá por los años treinta ya escribía biografías, y así continuó durante más de veinte años, llegando a completar quince trabajos de contenido más o menos biográfico: El conde-Duque de Olivares, Antonio Pérez, Luis Vives o Tiberio, fueron objeto de su atención.
El Dr. Marañón escribía a caballo entre laboratorios y consultas, cuando buenamente podía, pero escribía, que es lo más importante. Se dedicaba a ello con toda su pasión.
Y sin ordenadores a su alcance, ni tan siquiera una máquina de escribir. Papel y pluma. Así de sencillo.
Yo lo considero como un adelantado del género, teniendo en cuenta que se anticipó casi medio siglo a lo que luego sería un género que se nos ha hecho familiar.
Hoy, se escriben biografías, que son de poca calidad las más de las veces, que caen en errores garrafales, o que nos abruman con datos, fechas, nombres y cifras, fárragos inaguantables.
De vez en cuando asoma algún escritor serio, que nos sorprende y nos deleita, pero minoría nada más.
Para concluír, añadiré que quienes han publicado literatura biográfica últimamente, no crean que han descubierto la pólvora, que el genero ha sido cultivado con mucha anterioridad.
Lo que ha ocurrido ha sido una especie de "bum", una moda más que una tendencia, aprovechada por muchos y cultivada como es debido por unos pocos.

(Fotografía de D. Gregorio Marañón, médico y escritor.)

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