jueves, 28 de agosto de 2025

25 de agosto: San José de Calasanz...






"La última Comunión de San José de Calasanz".

Francisco de Goya.


No deseaba terminar el mes de agosto, 

sin dejar un recuerdo, 

cariñoso y emotivo,

a José de Calasanz,

el Santo fundador de la Escuela Pía.

Pasé mi infancia

y parte de mi adolescencia

en las aulas del vecino colegio.

Multitud de recuerdos...,

unos, brillantes,

otros, más oscuros...

Pero, entre los más gratis,

estaban las fiestas conmemorativas,

celebradas, no sólo en el colegio,

sino por toda la comunidad estudiantil,

ya que José de Calasanz 

era el Santo Patrono

de todas las escuelas españolas.

Días dulces de finales de noviembre...

Tardé en saber,

tenía nueve años cuando me enteré,

de que la festividad de celebraba el 25 de agosto.

Claro, que, nosotros,

mocosos ajenos a todo lo que no fuera

atrapar ranas por la mañana 

y grillos al atardecer,

sólo conocíamos el 27 de noviembre,

como el gran día del Santo.

La verdad es que era muy venerado,

respetado y querido.

José de Calasanz,

audaz e innovador,

al fundar una escuela pública gratuíta,

sin distinción de clases,

revolucionó el sistema educativo,

bajo el lema de "Piedad y Letras".

Bendito sea su recuerdo!






(Archivo: cueva del coco).

 

jueves, 21 de agosto de 2025

Así éramos nosotros...







Así éramos nosotros...

O, así fuimos nosotros...

Aún recuerdo nombres...
y apellidos...

Algunos, ya partieron,
otros, todavía caminamos 
por este mundo cada vez más incierto,
más inseguro y sombrío...

Seguramente, 
habríamos jugado y peleado,
en ese patio de recreo,
escenario 
de nuestros momentos de diversión.

La fotografía,
fue tomada en el mes de mayo,
de 19..., 
mejor lo dejo así,
omitiendo el año.

Todo era más fácil,
más sencillo,
sin complicaciones.

Las horas del día,
divididas entre colegio, casa y sueño.

Y ese ciclo de las estaciones,
que sólo se diferenciaban por el clima, 
más frío o más cálido.

Y un horario inflexible,
igual para todos.

Qué sabíamos nosotros del mundo,
fuera de nuestras casas
y del recinto escolar...!

Apenas nada,
acaso, algún eco,
que se diluía entre juegos,
gritos y risas...

Apenas nada...










(Archivo: cueva del coco).







 

lunes, 18 de agosto de 2025

"Me voy a mi casa..."






 


Ilustración de Mateo Lahoz.



Se jugaba en la calle, 

en una pequeña plaza, 

en la confluencia de cuatro esquinas...

Al salir de clase, 

con el bocadillo en la mano,

y ataviados con la bata del colegio,

jugábamos...

Gritos, discusiones,

pero siempre con buena voluntad...,

siguiendo el dorado e imperecedero mensaje:

"Gloria a Dios en los cielos..."

Así debía de ser, y así era.

Devorado el bocadillo,

y mientras se pateaba un balón,

que había conocido tiempos mejores,

alguien decía: 

"Me voy a mi casa..."

Y ese niño,

sin razón aparente,

se iba.

Todos callábamos.

Porque alguna vez, 

alguno de nosotros, o todos,

habíamos pronunciado las mismas palabras.

Por qué..., no había ninguna razón a la vista.

No era enfado,

ni cansancio del juego.

Era, pura y simplemente,

la necesidad de sentirse arropado, 

de respirar la atmósfera familiar,

de estar cerca de padres, hermanos y abuelos.

Porque, "mi casa",

lo era todo...

El microcosmos donde se nacía,

crecía, y se compartían tantas cosas...

Donde, una mirada,

cariñosa y comprensiva,

unas palabras de afecto,

valían más que el resto del mundo...

"Mi casa...", el refugio más cálido y seguro,

el entorno sin precio.

Al final de la jornada,

se dormía en paz, 

porque... aquel espacio,  

era "mi casa..."








(Archivo: cuevadelco.

Ilustración: Mateo Lahoz.)


sábado, 16 de agosto de 2025

Verano de 1960: Las noches del satélite...







 

 

"ECHO 1".

Primer satélite de comunicaciones.


Aquel verano de 1960, 

que hoy se me antoja largo,

lo fue de verdad 

Vacaciones desde el 21 de junio,

hasta el 15 de septiembre...

Esa sí que era, realmente,

la edad de la inocencia...

En agosto,

noches de trenes,

silbando en la lejanía,

de grillos rasgándose los élitros...,

y..."el eco".

Me imagino a la pequeña ciudad

apagando las luces de terrazas y balcones,

en cuanto una voz,

casi siempre infantil,

gritaba: "...que viene el eco!!!"

Y todos, niños y grandes,

mirábamos al cielo nocturno,

para contemplar esa lucecita, 

que añadía un punto de magia,

a la adormecedora canícula.

El ECHO 1!

No sabíamos nada de él...

Ni de ese pulso entre USA y la URSS...

Un juego de niños grandes, 

a quienes la Tierra,

el hogar de todos,

se les había hecho pequeño...

Equilibrio difícil 

entre los dos más poderosos del planeta...

El satélite se perdía más allá de los tejados.

Y, entonces, nos mandaban a la cama...

Al día siguiente,

habría que seguir persiguiendo renacuajos

con el agua hasta las rodillas,

ajenos al "eco"

y a la rivalidad Este-Oeste.

Porque éramos niños...,

y nuestro mundo...

era muy pequeño...





(Archivo: cuevadelcoco.)


Dedicado a Yayo Félix.

domingo, 22 de junio de 2025

Todos llegaron...





Obra de Cristóbal Toral.



Lentamente, al principio...,

luego, comenzó la invasión...


Esas habitaciones, que habían permanecido desiertas,

se llenaron de voces familiares,

de risas y de exclamaciones de alegría...

No faltó alguna lágrima por los ausentes,

y por los que ya no regresarían nunca...


La abuela, atareada, acomodando a unos y a otros...

Se la veía plenamente feliz...


Mi padre, tras las primeras efusiones, 

se retiraba a leer el periódico, 

mientras fumaba tranquilamente...


Y mi abuelo, en su sillón,

adoptaba el aire de paterfamilias,

que, de alguna manera,

creaba una barrera protectora a su alrededor...


Todo era como un sueño para mis ojos de niño...


Cenas en la terraza, 

tertulias hasta muy tarde,

mientras los pequeños íbamos "cayendo",

y nos depositaban en nuestras camas...


Sí, un sueño de cuento de hadas...,

del que nadie quería despertar...









(Archivo: cueva del coco.

Ilustración: Pintura de Cristóbal Toral.)









viernes, 20 de junio de 2025

Adiós, primavera...!








"Adiós, primavera!"
Obra de Mateo Lahoz.




20 de junio...

Este día, es como...
el último día en el instituto...

O como el anterior a la vuelta al colegio,
después de la Navidad...

Y, sin embargo,
debería de ser alegre,
porque abre las puertas del verano...

Oh, los veranos,
los terribles y dulces veranos de mi infancia...!

Con las siestas obligatorias,
en las que nadie dormía,
los paseos vespertinos,
que siempre terminaban en el parque,
repleto de paseantes...,
o las cenas bajo la parra, 
mientras, a lo lejos, 
se escuchaba el pitido de los trenes...

Cómo será el verano...?

La eterna pregunta...sin respuesta...

Hoy, he recordado...
Te he recordado...

Entre aquellos setos de boj,
de los que aún resbalaban
las gotas de lluvia que dejó la tormenta...

También he recordado 
el libro de poemas 
que leímos juntos una tarde...

Los recuerdos...son sólo pensamientos...

Y se van...se van...

Cómo será este verano...?

No lo sé...!




















(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: Mateo Lahoz.)







lunes, 31 de marzo de 2025

Edward Hopper: La inmensa soledad...






"Sesión de cine".
Edward Hopper.



La soledad es una pesada carga para el ser humano.

Los ancianos japoneses,

cometen delitos que equivalen 

a un tiempo limitado de prisión.

Porque, de esta manera,

comparten su vida con otros de su edad,

o más jóvenes, incluso.

No les falta nada...

Pero carecen de algo muy importante:

La compañía...

Y es que, en estos tiempos,

el mundo se ha vuelto hostil, 

y la sociedad no siente aprecio

por las personas cargadas de años...y de recuerdos...

Pero, la soledad se padece

incluso en edades tempranas...

Edward Hopper, a quien siempre he admirado,

fue capaz de transmitirnos el sufrimiento,

la lucha constante en el día a día,

de quienes necesitan unas palabras, 

un intercambio de frases por breves que sean...

Obras que se centran en un vagón de tren,

en la habitación de un hotel,

en una cafetería de madrugada...

Cuántas tragedias, cuántos momentos difíciles, 

han sido vividos

en el más absoluto anonimato...!

Hopper lo sabía...

Así, la chica que trabajaba en esa sala de cine,

la deshabitada casa junto a las vías del tren,

o el hombre sentado en una escalinata, 

recibiendo las primeras caricias del sol,

son los mejores ejemplos

de esta enfermedad social,

que se agrava con el tiempo, y es una paradoja,

cuando podemos comunicarnos

con el otro extremo del mundo sin dificultad...






(Archivo: cuevadelcoco)