domingo, 26 de octubre de 2025
Nuevas historias de "el Brozas".
domingo, 19 de octubre de 2025
Mis poetas:: Antonio Machado.
jueves, 28 de agosto de 2025
25 de agosto: San José de Calasanz...
"La última Comunión de San José de Calasanz".
Francisco de Goya.
No deseaba terminar el mes de agosto,
sin dejar un recuerdo,
cariñoso y emotivo,
a José de Calasanz,
el Santo fundador de la Escuela Pía.
Pasé mi infancia
y parte de mi adolescencia
en las aulas del vecino colegio.
Multitud de recuerdos...,
unos, brillantes,
otros, más oscuros...
Pero, entre los más gratis,
estaban las fiestas conmemorativas,
celebradas, no sólo en el colegio,
sino por toda la comunidad estudiantil,
ya que José de Calasanz
era el Santo Patrono
de todas las escuelas españolas.
Días dulces de finales de noviembre...
Tardé en saber,
tenía nueve años cuando me enteré,
de que la festividad de celebraba el 25 de agosto.
Claro, que, nosotros,
mocosos ajenos a todo lo que no fuera
atrapar ranas por la mañana
y grillos al atardecer,
sólo conocíamos el 27 de noviembre,
como el gran día del Santo.
La verdad es que era muy venerado,
respetado y querido.
José de Calasanz,
audaz e innovador,
al fundar una escuela pública gratuíta,
sin distinción de clases,
revolucionó el sistema educativo,
bajo el lema de "Piedad y Letras".
Bendito sea su recuerdo!
(Archivo: cueva del coco).
jueves, 21 de agosto de 2025
Así éramos nosotros...
lunes, 18 de agosto de 2025
"Me voy a mi casa..."
Ilustración de Mateo Lahoz.
Se jugaba en la calle,
en una pequeña plaza,
en la confluencia de cuatro esquinas...
Al salir de clase,
con el bocadillo en la mano,
y ataviados con la bata del colegio,
jugábamos...
Gritos, discusiones,
pero siempre con buena voluntad...,
siguiendo el dorado e imperecedero mensaje:
"Gloria a Dios en los cielos..."
Así debía de ser, y así era.
Devorado el bocadillo,
y mientras se pateaba un balón,
que había conocido tiempos mejores,
alguien decía:
"Me voy a mi casa..."
Y ese niño,
sin razón aparente,
se iba.
Todos callábamos.
Porque alguna vez,
alguno de nosotros, o todos,
habíamos pronunciado las mismas palabras.
Por qué..., no había ninguna razón a la vista.
No era enfado,
ni cansancio del juego.
Era, pura y simplemente,
la necesidad de sentirse arropado,
de respirar la atmósfera familiar,
de estar cerca de padres, hermanos y abuelos.
Porque, "mi casa",
lo era todo...
El microcosmos donde se nacía,
crecía, y se compartían tantas cosas...
Donde, una mirada,
cariñosa y comprensiva,
unas palabras de afecto,
valían más que el resto del mundo...
"Mi casa...", el refugio más cálido y seguro,
el entorno sin precio.
Al final de la jornada,
se dormía en paz,
porque... aquel espacio,
era "mi casa..."
(Archivo: cuevadelco.
Ilustración: Mateo Lahoz.)
sábado, 16 de agosto de 2025
Verano de 1960: Las noches del satélite...
"ECHO 1".
Primer satélite de comunicaciones.
Aquel verano de 1960,
que hoy se me antoja largo,
lo fue de verdad
Vacaciones desde el 21 de junio,
hasta el 15 de septiembre...
Esa sí que era, realmente,
la edad de la inocencia...
En agosto,
noches de trenes,
silbando en la lejanía,
de grillos rasgándose los élitros...,
y..."el eco".
Me imagino a la pequeña ciudad
apagando las luces de terrazas y balcones,
en cuanto una voz,
casi siempre infantil,
gritaba: "...que viene el eco!!!"
Y todos, niños y grandes,
mirábamos al cielo nocturno,
para contemplar esa lucecita,
que añadía un punto de magia,
a la adormecedora canícula.
El ECHO 1!
No sabíamos nada de él...
Ni de ese pulso entre USA y la URSS...
Un juego de niños grandes,
a quienes la Tierra,
el hogar de todos,
se les había hecho pequeño...
Equilibrio difícil
entre los dos más poderosos del planeta...
El satélite se perdía más allá de los tejados.
Y, entonces, nos mandaban a la cama...
Al día siguiente,
habría que seguir persiguiendo renacuajos
con el agua hasta las rodillas,
ajenos al "eco"
y a la rivalidad Este-Oeste.
Porque éramos niños...,
y nuestro mundo...
era muy pequeño...
(Archivo: cuevadelcoco.)
Dedicado a Yayo Félix.
domingo, 22 de junio de 2025
Todos llegaron...
Obra de Cristóbal Toral.
Lentamente, al principio...,
luego, comenzó la invasión...
Esas habitaciones, que habían permanecido desiertas,
se llenaron de voces familiares,
de risas y de exclamaciones de alegría...
No faltó alguna lágrima por los ausentes,
y por los que ya no regresarían nunca...
La abuela, atareada, acomodando a unos y a otros...
Se la veía plenamente feliz...
Mi padre, tras las primeras efusiones,
se retiraba a leer el periódico,
mientras fumaba tranquilamente...
Y mi abuelo, en su sillón,
adoptaba el aire de paterfamilias,
que, de alguna manera,
creaba una barrera protectora a su alrededor...
Todo era como un sueño para mis ojos de niño...
Cenas en la terraza,
tertulias hasta muy tarde,
mientras los pequeños íbamos "cayendo",
y nos depositaban en nuestras camas...
Sí, un sueño de cuento de hadas...,
del que nadie quería despertar...
(Archivo: cueva del coco.
Ilustración: Pintura de Cristóbal Toral.)






