Gobierno y Sindicatos, no han llegado a un acuerdo..., al menos, de cara a la galería.
Por supuesto, la ruptura signifca la renuncia a sus sustanciosas subvenciones, y eso, claro está, no podía ser.
Sin subvenciones, se desmontaría el tinglado, tanto para UGT como para CCOO.
Sería una vuelya a los años de clandestinidad, es decir, a la captación de militantes en número suficiente como para poder subsistir.
Y eso, es incómodo.
Exige trabajo, sacrificio, dedicación..., pero, sobre todo, trabajo.
Y ambos sindicatos, no están por la labor.
Es cómodo recibir del Estado, vía gobierno en el poder, un "sueldo" fijo, para poder permanecer en la "foto", pero sin dar golpe.
Muchas palabras, eso sí...
Muchas protestas, muchos gestos grandilocuentes, incluso la amenaza de huelga...
De la que se ríe a carcajadas el Jefe del Ejecutivo.
Pero...,¿ruptura?
¡Ni hablar!
Además, han aprendido, o deben de haber aprendido, la lección clara y rotunda, de que una huelga no sirve para nada, y menos con el Sr. Rodríguez Zapatero a la cabeza del ejecutivo, que,
tendrá mil asesores, mil consejeros..., pero que hace oídos sordos a todos ellos...
O son unos inútiles, o el Sr. Rodríguez Zapatero, es de ideas fijas, y se cree o se erige como salvador de la patria...
De momento, siguen las negociaciones..., y seguirán..., y darán mucho mal, y terminaremos hartos de la cuestión...
Pero no habrá ruptura, ¡qué va!, ni asomo de ella...
Y es, que, como ya dije, la ubre del Estado es sustanciosa...
Lo peor será el día que se agote, y no haya más caldo para nadie.
Pero, eso..., está por venir.
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