"La tierra pura" tiene el especial encanto de las novelas que tratan del lejano Oriente. Su autor, Alan Spence, nos describe el Japón, inmediatamente después de su apertura al resto del mundo.
Sólo cinco años antes del comienzo de esta historia, el comodoro Perry había echado el ancla en la bahía de Edo. Todavía existía un recelo no exento de odio hacia los extranjeros. Todavía, la casta samurai, mantenía su influencia, por más que el shogun o sogún prohibiera llevar armas y hacer uso de ellas: Las terribles katanas.
El protagonista, Thomas Glover, abandona Escocia, para emprender un viaje a una tierra remota, de costumbres y mentalidad diferentes. Aunque al principio le supone un gran esfuerzo de adaptación, logrará habituarse a una nueva forma de vida que hallará fascinante.
Podemos incluírla en el ámbito de la novela histórica.
Recomiendo este libro, por su calidad, por su prosa suelta y precisa, y sobre todo por tratarse de una historia que se desarrolla en un momento decisivo para el Japón.
Además, no deja de recordar una ópera famosa: "Madame Butterfly".
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