Querida abuela: Te he llevado un sencillo ramo de flores silvestres y he murmurado una oración,
deseándote paz, mucha paz...
Hoy cumples ciento diecisiete años en mi memoria...
El día está radiante, quizás un poco caluroso...
Al sur, el monte, ese monte que contemplabas todas las mañanas...
Ha sido un año difícil, abuela, un año duro y lleno de zozobras...
Te pido una pequeña caricia de consuelo, aunque sea en sueños, para que mi vida se apacigüe un poco...
Yo también necesito paz..., mándame un poquito de la tuya, que, seguro que tienes en abundancia...
Te quiero como siempre, abuela...
Y no te olvido...
martes, 25 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario