El verano es propicio para hacer todo aquello que no se hace durante el resto del año, entre otras cosas, leer. Siempre hay un libro interesante, siempre hay un libro para todos los gustos y aficiones. Y no digamos los niños. Acostumbrarlos a la lectura en verano, es un buen comienzo para que se adentren en un universo increíble: Los libros.
Hay libros para pasar el rato, otros, más profundos, para pensar y meditar. Pero siempre existe un título a la medida de todos. Además, dedicar alguna tarde a ir de librerías, es toda una aventura, contando con que estamos en rebajas.
El ir de compras no debe limitarse a buscar ropa, zapatos y complementos. También está la posibilidad de entrar en una librería y buscar títulos, autores, temas.
Seguro que encontramos algo, seguro que no salimos con las manos vacías.
Leer enriquece el espíritu, amplía el horizonte de la imaginación. Se puede soñar con un libro, se pueden vivir otras vidas que no son la nuestra, podemos identificarnos con un personaje y seguir sus andanzas y afanes.
Nunca se pierde tiempo con la lectura.
Un libro encierra enseñanzas insospechadas.
Leamos, pues, este verano, y seguro que puede ser un buen principio.
Luego, tenemos el resto del año para continuar...
viernes, 4 de julio de 2008
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