"...de pronto, fue como si todo lo vivido un tiempo atrás volviera de nuevo, pero con mayor intensidad, más brillante, más claro, más preciso. Sus ojos brillaban, sus dulces y aterciopelados ojos, que en otro tiempo me contemplaban y se humedecían tiernamente, plenos de amor.
Y aquí estoy ahora, en medio de la soledad del campo, oyendo los sonidos de la noche, mientras la luna baña los campos, y Júpiter se eleva sobre las colinas.
Todavía no desespero.
!Pero mi vida ha cambiado tanto..!
Mañana tengo que ir a ver al Coco, seguramente pasaremos horas hablando, o, quizás, no digamos ni una palabra, y los dos nos refugiemos en la lectura.
El Coco es un buen amigo.
Me regala sueños dulces y reconfortantes.
Creo escuchar una música lejana, muy lejana..."
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