Mi madre, cuando llovía en primavera,
solía cantar una cancioncilla,
de la que apenas tengo un leve recuerdo:
"...las perdices del campo,
llueve y se mojan,
porque las pobrecitas
no tienen choza..."
Esta pareja de perdices,
sin duda se habrán mojado,
¡con lo que ha llovido...!,
pero esta tarde,
disfrutaban del sol y del campo,
de la luz y de la libertad...
No era fácil distinguirlas,
pero allí estaban...
(Archivo: mirarlook/cuevadelcoco).
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