¡Cómo pasa el tiempo...!
Se cumplen 50 años de la superproducción dirigida por Willian Wyler, y protagonizada por Charlon Heston, Jack Hawkins, Haya Harareet y Stephen Boyd, además de inumerables secundarios, de los cuales, algunos pasarían a primeros actores en los años siguentes.
La película se basa en la novela de Lew Wallace, "Ben-Hur", subtitulada "Una historia de los tiempos de Cristo".
Ha tenido seguidores y detractores, pero, la verdad, sigue entusiasmando al público.
Dejando aparte si pudo o no pudo suceder, la odisea del aristócrata hebreo, es una trama hábil y bien construída, eso sí, al modo del cine de aquella época, no tan lejana, que inspiraría o marcaría la línea a seguir para bastantes directores.
Alguna vez, suele aparecer en la pequeña pantalla, y tiene la virtud de "enganchar" a quien la contempla, desde las primeras imágenes.
Charlon Heston, cuya filmografía es amplia y variada, quizás alcanzó su cumbre con "Ben-Hur",
sin olvidar "El Cid" o "55 días en Pekín".
Todos tenemos en la mente la dura vida de los condenados a galeras, la sangrienta carrera de cuadrigas, el odio entre Hur y Mesala, y el esperanzador final, que culmina con la muerte de Cristo.
Realmente, es una gran película.
Cuenta una historia, nos la hace creíble, la adereza con los ingredientes que más pueden conmovernos, es decir, amor, odio, acción, y, sobre todo, un mensaje atemporalmente válido.
50 años han pasado, pero, seguramente, aunque transcurran otros 50 más, seguirá figurando en las listas del cine de siempre, del más contemplado y taquillero, no sólo por el grandioso despliegue de medios, sino porque es una historia que afecta al corazón aun de los más insensibles espectadores.
Medio siglo de "Ben-Hur", y medio siglo más de la historia del cine...
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