Este pobre país donde vivimos, ha entrado en una espiral de irracionalidad como nunca hubiéramos sospechado.
Se quema la bandera, se pita el himno nacional, se ofende la figura del Rey, Y NO PASA NADA.
Se puede ser terrorista, banquero fraudulento, concejal o alcalde corrupto y lleno de oscuros chanchullos, todos montados sobre la base del dinero, Y NO PASA NADA.
Pero, lector que me sigues, no se ocurra refrescarte los pies en un día caluroso de verano, en el agua de una fuente pública, o cortar esa rosa que has visto en un jardín, y que no has podido resistir la tentación...
No lo hagas, que te caerán encima todos los demonios y sicarios de la administración del estado, y te fulminarán como a un insecto.
¡Refrescarse los pies!
¡Cortar una rosa!
Sin embargo, tras un partido de futbol, el mobiliario urbano sufre agresiones millonarias, causadas por una malentendida euforia, Y NO PASA NADA.
Estamos en la era de la sinrazón. Estamos en el tiempo de lo ilógico.
Nuestros políticos, en vez de hallar soluciones, se insultan, se escarnecen unos a otros, se erizan como gallos de pelea, y dan un triste espectáculo.
Esto es la EX-PAÑA.
Bienvenidos todos a la locura más desenfrenada.
Ya no tenemos país..., ni nada...
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