Era un gato tímido y asustadizo...
Solía venir a la hora de comer, y siempre había algo para él...
Algunos restos de comida del día anterior, que devoraba con prisa...
Apenas se dejaba acariciar...
Pero no faltaba a su cita...
Ni el gato ni el muro inclinado sobre el que lo fotografié existen ya...
Han pasado por lo menos treinta años...
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