Muy de mañana ha salido el Filósofo...
Camino de la cueva
donde vive su amigo...
Pocos conocen
la verdadera senda...
Es fácil perderse...
Pero, el Filosofo,
reconoce cada recodo,
cada roca,
cada árbol...
Los dos grandes perros,
alegres por sentirse en libertad,
van y vienen,
juguetean inagotables...
El gato,
dormido en una mullida cesta,
que cuelga del hombro del Filosofo,
ha vuelto a quedarse dormido...
Llegarán pasado el mediodía...
El coco, los recibirá
a la entrada de su cueva,
y les ofrecera agua,
ese agua que brota
del cercano manantial...
Y que es una delicia,
en cualquier época del año...
Hablarán y hablarán...
Y, esa noche,
junto al fuego,
recordarán tiempos pasados...
Ronroneará el gato en su cesta,
tras haber cenado...
Los dos perros,
después de saciar su hambre,
se tenderán sobre la hierba seca,
que alfombra
el pavimento de la cueva...
El Coco y el Filosofo...,
seguirán conversando...
(Archivo: cuevadelcoco).
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