El espejo embellecedor.
Me contaba un amigo, para mí muy querido, que, en lago pasillo de su casa, había un espejo donde los visitantes "se veían más guapos".
"-¡Qué guapa me veo hoy!", decía cierta señora cada vez que se contemplaba en ese espejo.
Incluso los hombres, no tan proclivos a la autocontemplación, sonreían, satisfechos, al verse reflejados en él, aunque no dijeran nada.
Alguna señora, o señorita..., más coqueta de lo habitual, acudía a casa de mi amigo, sólo por el placer de tener la oportunidad de "sentirse más atractiva", aunque sólo fuera durante unos breves instantes...
Mi amigo decía que él, particularmente, no notaba nada...
"-Pues dirán lo que quieran, pero yo, en ese espejo, siempre me veo igual que si me contemplo en cualquier otro..."
Canbiaron el espejo de sitio, por si era causa de la luz, pero seguía produciendo el mismo efecto en los visitantes...
Años más tarde, le pregunte por ese espejo "mágico", en el que, por cierto, yo no me contemplé nunca, y me respondió que su padre lo había cambiado por otro, moderno, pues ése le parecía
pasado de moda, y que, además, tenía alguna mancha que efeaba su superficie.
La verdad, es que jamás se halló explicación alguna del fenómeno, y ni mi amigo, ni nadie de su familia ,se preocupó en averiguarla.
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