El jefe del ejecutivo, se reunirá mañana con los representantes de las treinta, al fin treinta y siete, empresas más destacadas de nuestro país, en un intento de buscar una salida viable para nuestra economía.
Pero si D. José Luis piensa que la gran empresa va a echarle una mano, se equivoca totalmente.
A la gran empresa, la crisis le importa, pero hasta cierto punto. Le importa, considerando sus
propios intereses. No le importa de puertas afuera. Además, siempre tiene una puerta falsa por la que arrojar el lastre molesto de los impuestos, a fuerza de sus equipos de profesionales de la desgravación, y otros tiburones empresariales.
El jefe del ejecutivo, es un ingenuo.
Los grandes empresarios, le endulzarán la entrevista con buenas palabras, pero ninguna promesa, y, si la hacen, habrá sido sobre papel mojado.
Y sin comprometerse, que de eso, saben más que nadie.
Quien salva al país, es la pequeña y mediana empres. Quien llena las arcas del estado, es la pequeña y mediana empresa. Pero el Sr. Presidente, no se entera. El pequeño y mediano empresario, vive tiempos heroicos. Se las ve y desea para no tener que cerrar. Acosadas por impuestos y más impuestos, las pequeñas y medianas empresas, se encuentran situadas en equilibrio precario sobre la cuerda floja. Y D. José Luis, mirando al tendido... Vaya, vaya usted a buscar una alianza con los grandes empresarios, que, además de "hablar con lengua de serpiente", hasta sacarán algún provecho, a la mínima que se descuide.
Lo que tiene que hacer es apoyar al autónomo, que, a fin de cuentas, es la columna vertebral de la economía. Pero no, usted y sus secuaces, a cargarlo de gravámenes, hasta que tenga que colocar el vergonzoso cartel de cerrado. Lo que significa una derrota... Lo que significa una señal de la desprotección en la que vive...
Déjese de subsidios de desempleo a todo tren, y dedique buena parte de ese dinero para que la pequeña y mediana empresa salgan a flote, creen puestos de trabajo, y refloten la situación. La Unión ya le ha hecho más de una advertencia en este sentido, pero, usted, oídos sordos...
La gran empresa, nunca fomentará la creación de nuevos puestos de trabajo. Recortará su personal, y ya lo viene haciendo, sin remordimientos de conciencia...
No es por ahí, no... Usted, D. José Luis, peca de ingenuo... O de algo más...
Su actuación, es equivocada, totalmente errónea...
Pero, claro, en su régimen neopersonalista, ¡quién le va a llevar la contraria...!
Le llevan la contraria, los exministros y otros defenestrados... A quienes ya les da lo mismo, porque pueden criticarlo impunemente... Pero los que permanecen en el cómodo sillón, cerquita de la lumbre del poder, o los, y las, que acaban de estrenarlo..., pues...¡a callar...!
En fin, que usted mira hacia donde no debería...
Aunque, bien es sabido que le da lo mismo...
Por cierto, el "efecto contagio" es similar a lo que diría el buen Sancho Panza: "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar..."
El refranero, siempre se ha dicho que es la sabiduría del pueblo. Y, aunque usted no se lo crea, el pueblo no se equivoca...
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