Ante la insistencia de un amigo, el Filósofo ha hecho un viaje a la capital. Le ha dolido tener que dejar a sus perros, al gato ciego, y, sobre todo, a su amada soledad, a su tranquilidad, al silencio, y, sobre todo, al Coco.
Cuando se despidió de él, lo contempló un instante, antes de perderlo de vista en la revuelta del camino, y vio cómo agitaba su mano derecha, diciéndole adiós...
"Ligero de equipaje", caminó hasta el cercano pueblo, donde tomó el autobús hasta la ciudad, y, desde allí, el tren hasta la capital.
El viernes por la noche, el Filósofo, su amigo y la esposa de éste, salieron a cenar...
El Filósofo, que ha vivido y conocido las grandes capitales europeas, y las del otro lado del océano, no se ha sentido fuera de lugar en ningún momento...
Pero ha contemplado..., bueno, lo que ha contemplado lo ha puesto triste.
"Tiempos difíciles", de Charles Dickens, ha pensado enseguida...
Tiempos difíciles para todos...
Ha hojeado todos los diarios que su amigo, amablemente, se ha preocupado en poner a su alcance.
Y todos hablaban de lo mismo.
Crispación, descontento, crisis, recesión, desempleo, inseguridad, incertidumbre, mal ambiente político, impuestos y más impuestos, cierre de pequeñas empresas, falta de unidad ante la amenaza común, desgobierno, corrupción, egoísmos...
Y ha dejado a un lado toda la prensa, sintiéndose abrumado por tanta desdicha...
No es que el filósofo viva ajeno al mundo..., no...
Lo que ha sucedido es que, de pronto, un aluvión de negrura ha caído sobre él...
Hoy, ha regresado.
Su amigo, que considera un lujo su compañía, y acaso por aquello de que "no te vayas todavía...", lo ha llevado en su coche hasta su casa...
Han hablado durante el trayecto, y han evocado sus años infantiles...
¡Otros tiempos eran...!, ha dicho el amigo...
¡Ni mejores ni peores..., simplemente..., otros...!, ha respondido el Filósofo...
Y, ya, por fin, en compañía de sus perros, del gato ciego, y de la soledad de su casa..., se ha sentado frente a la apagada chimenea, y unas lágrimas se han deslizado por su rostro cansado...
El llanto de las cosas...
Por ver que el mundo podría ser un lugar apacible, y es una vorágine de..., de todo lo indeseable...
El gato ciego, restregando el lomo en sus piernas, le ha demostrado su afecto...
Los dos perros, le han lamido las manos...
Y El Filósofo ha acariciado a sus tres compañeros...
Mañana, irá a visitar al Coco, y le llevará unos libros que le compró e la capital...
El cielo está cubierto, no se ven las estrellas...
"¡Tiempos difíciles...!", ha dicho, suspirando...
"¿Vendrán otra vez los buenos tiempos...?", se ha preguntado...
Y la respuesta ha quedado flotando en el aire...
(Fotografía: "La ciudad de noche", de las fotos del Coco).
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