Terminamos el año, y, la verdad, lo concluímos igual que comenzó.
Con densos nubarrones...
De inquietud, de desesperanza, de hastío, de desilusión, de un cierto sentimiento de derrota...
Nuestro gobierno, que mora en las nubes desde hace tiempo, que no supo predecir la crisis, que no supo aceptarla cuando llegó, que la ocultó con fines electoralistas, y que no ha movido un dedo de forma acertada para salir de la recesión, nos va a gravar con una medida totalmente desquiciada, es decir, subiendo los impuestos...
En el resto de Europa, se hace lo contrario. Bajada de impuestos y protección a la columna vertebral del país, que es la clase media, la pequeña y mediana empresa, el autónomo, el trabajador por cuenta propia...
En este bendito solar patrio, bueeeenooooo...
Impuestos a mansalva, aunque el país termine en bancarrota.
El gobierno, en vez de padre, es padrastro..., y un padrastro con muy mala leche...
Así, que, en el 2010, que ya está aquí, veremos muchos negocios familiares cerrados, y muchos locales con el cartel de "se alquila" o "se vende"...
Poner paños calientes, como los famosos cuatrocientos y pico euros, es una chapuza...
Lo lógico sería proteger a la pequeña y mediana empresa, liberarla de cargas, y procurar que nadie se hunda, porque, si lo hace, también arrastra consigo a cuantos y cuantas trabajan en ella...
Pero, ¡explíquele esto al ex-ínclito y ya periclitado jefe del ejecutivo!
Para mí, que le da lo mismo...
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Un horizonte oscuro...
Etiquetas:
cambio de gobierno,
desgobierno,
economía,
impuestos,
pequeña y mediana empresa
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