No lo tenemos claro, porque, en medio de la crisis, usted aparece exultante de felicidad, ante la perspectiva de ocupar la presidencia de la U.E.
Y mientras, la nave del estado, navega sin rumbo, porque desconoce el uso de una brújula llamada sentido común, lógica, decencia, servicio al país, o como quiera definirla...
Los españoles, nos sentimos perdidos e indefensos a la vez.
Vemos en el estado al insaciable engendro que nos sangra, que no sabe rebajar impuestos, sino aumentarlos, que no muestra ni un ápice de paternalismo por cuantos estamos arrimando el hombro día a día, para que una empresa no se desmorone y unos empleados no vayan a engrosar las filas del paro...
Sr. Presidente: ¿A usted le importan los ciudadanos...?
O sólo ve en nosotros una masa que le puede votar para mantener su ego y el de su partido, que comienza a ser funesto, o ya lo era y no lo sabíamos...
Sr.Presidente: ¿Sabe que estamos en la cuerda floja...?
¿Sabe que somos unos pobre titiriteros que bailamos al son de una música llamada crisis...?
Y usted, sin duda, alentado por una pandilla de despreciables consejeros, que le doran la píldora como sólo un político sin escrúpulos sabe hacerlo, hincha el pecho y sigue adelante...
Pero usted, sí, usted, Sr. Presidente, no es más ni menos que yo, ni que mi vecino de al lado o el del piso de arriba, usted no deja de ser una insignificante partícula en la inmensidad del universo...
Si lo considerara un instante, un solo instante, acaso sintiera que se abre un abismo bajo sus pies, un abismo de tiempo, donde algún día se hundirá, olvidado por todos, y con el cartel que la historia le cuelgue...
Vuelva los ojos a la realidad, deje de combatir contra sus oponentes, y dirija sus energías a gobernar bien y con equidad, a levantar el país en la medida que le sea posible, incluso con decisiones impopulares, que lo que cuenta, no es el momento, sino el futuro...
¿Cómo quiere pasar a la historia...?
Pero, ya veo, Sr. Presidente, que es inútil...
Que se siente a gusto jugando a gobernar, que se siente en su salsa codeándose con los grandes y poderosos, que su papel en la opereta de la política mundial le sienta como un guante..., que está cómodo haciendo, (o deshaciendo), lo que hace...
Sr. Presidente, que duerma usted bien...mientras pueda hacerlo...
Muchos ciudadanos, pasamos y pasaremos más de una noche en vela tratando de dilucidar cómo seguir adelante, cómo afrontar pagos e impuestos, cómo evitar el triste momento que significaría colocar el cartel de "cerrado por cese en el negocio", mientras se esperan esos buenos tiempos que se ven tan lejanos..., esos buenos tiempos, esos dorados tiempos donde todo fuese como antes, o mucho mejor que antes...
Duerma usted bien, Sr.Presidente, partícula cósmica, insignificante grano de polvo estelar..., duerma usted bien, antes de que, como el príncipe Segismundo, despierte creyendo haber soñado...
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