Muy distante de la euforia y optimismo de nuestro ejecutivo, pero que muy distante, se muestra el Sr. Almunia, y creo que con razón.
Ya el Sr. Pizarro vaticinó que saldremos muy tarde de esta especie de dolencia, porque nuestra estructura económica presenta una peculiaridades que impiden el avance hacia arriba.
Nos vamos acercando al otoño, y siguen los quiquiriquís del Sr. Rajoy, para que el jefe del ejecutivo se pique y lance los suyos, pero nada más.
Nadie hace nada, nadie aporta nada.
Y desconfío de que haya un gobierno, sea del color que sea, capaz de sacarnos del atolladero.
Saldremos cuando la coyuntura sea favorable, y no será mérito de nadie. Saldremos cuando las circunstancias ("...yo soy yo y mi circunstancia...", como decía Ortega y Gasset) presenten un cariz positivo, y sanseacabó.
Nadie podrá colgarse la medalla de salvador de la patria, o del conjunto de "patrias" que conforman el actual estado español, nadie, absolutamente nadie.
Gobierne quien gobierne, todo se desarrollará, o se "desenrollará"... cuando llegue el momento adecuado y oportuno.
Y volverán buenos tiempos, claro que sí, pero nadie, absolutamente nadie, habrá sido el impulsor del retorno a la normalidad, salvo el sufrido y trabajador ciudadano y el pequeño y mediano empresario, que, contra viento y marea, siguen sosteniendo su vela como pueden, incluso cuando el propio gobierno les envía vientos en contra, en vez de echarles una mano.
Que sea pronto...
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