Aquí tenemos una imagen de Mr. Bush, que a pesar de no tener demasiada calidad, esta fotografía lo muestra haciendo ese gesto universalmente conocido...
En fin...
Lo que deja, es un desastre.
Barak Obama va a tener que ponerse a fregar suelos, abrillantar la plata, pintar las paredes, y
llevar al vertedero todas las cascarrias que ha ido almacenando su antecesor.
No recibe una presidencia limpia de polvo y paja, precisamente.
Va a tener que sanear el país, va a tener que poner en orden todo el caos de USA.
Comenzando por la cuestión primera y principal: La economía.
Ahora son días "de vino y rosas", celebraciones a mansalva, y parabienes para llenar un pantano.
Cuando tome posesión de su cargo, ahí será el reir.
Mr. Obama está todavía envuelto en celofán, en el dulce celofán del triunfo, pero lo que se va a encontrar va a ser un camino difícil, interior y exteriormente.
Va a tener que capear malos vientos, muy malos...
La era Bush no ha sido acertada.
Dicen que del árbol caído todos hacen leña, y en el caso del presidente saliente, no sólo harán leña, sino hasta mondadientes y palillos para los restaurantes chinos si es necesario.
Barak Obama, en fin, lo tiene muy crudo.
Tras la parafernalia de la campaña, tras las mieles del éxito, se esconde la verdad, una verdad amarga, difícil de digerir.
Esperemos que esté a la altura de las circunstancias y saque al país a flote.
Que nos conviene a todos.
jueves, 6 de noviembre de 2008
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